DISFUNCIÓN DE LA SUPERFICIE OCULAR. OJO SECO
Las causas de disfunción de esta unidad funcional, por tanto, pueden desglosarse en las diferentes alteraciones que pueden sufrir sus componentes:
1- Patología palpebral/alteración del parpadeo: puede producir problemas de desprotección de la superficie ocular con aumento de su desecación o de abrasión cuando las pestañas entran en contacto con el epitelio corneal.
2- Patología de la película lacrimal: de los tres componentes de la lágrima (acuoso, mucinoso y lipídico) los que con más frecuencia dan problemas oculares son el déficit acuoso por mal funcionamiento de la glándula lagrimal y el lipídico causado por una disfunción de las glándulas de Meibomio que genéricamente se engloba dentro del término blefaritis. Estas deficiencias producen lo que se denomina como ojo seco. Una definición general de ojo seco sería la de aquellas alteraciones de la película lacrimal debidas a una deficiencia lacrimal o a una excesiva evaporación de la lágrima que causa daño en la superficie ocular interpalpebral y que se asocia con síntomas de irritación ocular. El ojo seco se ha dividido en dos grandes grupos:
– Ojo seco acuodeficiente: producido por alteración de la glándula lagrimal.
– Ojo seco evaporativo: producido por un déficit en la producción de la secreción lipídica de las glándulas de Meibomio.
3- Alteración del epitelio corneal y conjuntival: la inflamación crónica del epitelio corneoconjuntival se debe principalmente a:
– Daño por causas exógenas: agentes infecciosos, químicos (yatrogenia farmacológica, cosméticos y tóxicos ambientales) o físicos (radiaciones ultravioleta, sequedad o temperaturas ambientales extremas).
– Lesión por causas endógenas: alergia ocular, queratoconjuntivitis sicca y enfermedades autoinmunes.
4- Fallo de los principales arcos neurales reflejos que integran la unidad funcional de la superficie ocular: los reflejos neurales más importantes que operan en la superficie ocular son los que estimulan la secreción de la lágrima y el parpadeo y su vía aferente común es la rama oftálmica del nervio trigémino. Cuando hay una parálisis motora del VII par, el daño en la superficie ocular se produce básicamente por un fenómeno de exposición por dificultad en el cierre de la hendidura palpebral con la aparición de lagoftalmos (imposibilidad de cerrar el ojo completamente). Si se lesiona el nervio trigémino se produce una pérdida de sensibilidad en la superficie ocular que puede conducir a un cuadro clínico potencialmente muy severo y de difícil manejo que es la queratopatía neurotrófica.
Cada una de dichas causas puede producir una disfunción de la superficie ocular de forma independiente de las demás, sin embargo, suelen ser diferentes mecanismos patogénicos los que participan simultáneamente en el daño a dicha superficie.